lunes, 5 de diciembre de 2011

¿Chocolate a cambio de buen trato?

  Cualquier niña o niño da cuanto le pidan por un chocolate; les gusta demasiado y no entienden de explicaciones: que engorda, provoca caries, ensucia la ropa… No por gusto los adultos tratan muchas veces de gratificarlos con un helado, un dulce, caramelo, bombón o galleta del delicioso sabor. Y se disfruta tanto viéndolos bien embarraditos!!!!!!!!
  Precisamente por esto es que sentí asombro, contrariedad, desaliento, insatisfacción, al leer esta noticia en el sitio digital boliviano ERBOL: “Los niños, niñas y adolescentes saldrán a las calles de la ciudad de El Alto este jueves para entregar a los adultos la “vacuna simbólica” representada en una pastilla de chocolate para que asuman el compromiso de brindarles buen trato… La pastilla de chocolate, de distribución gratuita, incorporará material informativo y “carnet de vacunado” para que los varones y mujeres adultos que reciban las golosinas asuman de forma voluntaria el compromiso de brindarles buen trato a los niños, niñas y adolescentes en sus hogares, barrios u otras instancias donde se desenvuelven…”.
  ¿Imaginan a esos pequeños regalando por doquier lo que tanto les gusta a cambio de comprensión, respeto, tolerancia y amor? ¿Por qué mendigar prácticamente cuanto merecen a quienes los rodean y están obligados a prodigárselo?
  Desde 1989, en que se firmó en la ONU la Convención sobre los Derechos del Niño, constituye ley que deben vivir y jugar en libertad, tener una familia, estar protegidos ante el descuido, trato negligente o el trabajo infantil, acceder a la educación y la cultura, crecer con afecto, amor, armonía, salud y mucha paz.
  Pero resulta evidente, que en muchos lugares del mundo desoyen estas disposiciones y aumentan por día los índices de violencia física, verbal y psicológica. Por ejemplo, durante lo transcurrido de 2011, se registraron en Bolivia mil 726 casos de maltrato corporal y casi 2 mil 500 de agresiones psicológicas consumadas por los padres, familiares, profesores y otras personas.
  Sin duda, cifras para alarmarse y llamar a la reflexión, y hacerlo con el derecho que asiste a los cubanos, porque en esta Isla los más pequeños son los protegidos, privilegiados, consentidos… Ya lo dijo el Apóstol José Martí: “¡Oh, qué hermosa gratitud la de los niños, la pura gratitud no envenenada!”, o “¡Tiene el mundo quien tiene el poder de poner sobre los niños las primeras manos!”.

1 comentario:

  1. Pues sí, Alina y lectores del blog, las cifras de maltrato infantil en Bolivia son, incluso, mayores que las registradas oficialmente y que aparecen en este comentario, pues hay mucho maltrato que no se reporta, no se denuncia (¿a quién pueden acudir los niños cuando los padres no solo los maltratan sino que los ocultan y les prohíben hablar bajo amenaza?).
    Es una realidad espeluznante.
    No sé si en esas cifras de maltrato corporal está incluida la violación (supongo que no), un fenómeno que, no por ser cotidiano en este país, deja de sorprender(me). En cinco años y medio que vivo acá sigue encolerizándome como el primer día el hecho de que haya adultos que abusen sexualmente de niños indefensos, ¡¡¡y que eso pase todos los días!!! Aunque es difícil hallar y citar una estadística exacta y confiable, se habla de seis casos de violaciones por día (¡las denunciadas!), a niñas y niños (lo que sumaría la terible cifra de más de 2 mil al año!!!). Quién puede comulgar con algo así, yo no lo soporto y no lo entiendo. Y una de las cosas peores es que la mayor parte de las violaciones ocurren ¡¡¡en el seno familiar!!!
    Y siempre que leo en los periódicos o internet o veo en tv estas cosas, mi mente viaja a Cuba, y pienso en las garantías que tiene la niñez en la isla, el mínimo riesgo en ese sentido, la seguridad, la protección... un verdadero privilegio para todos los niños cubanos.
    Este es un tema duro, pero necesario. Gracias por darnos la posiblidad de, al menos, preocuparnos por él.

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