martes, 22 de noviembre de 2011

Hallé un regalo diferente

  A Estéfany le ha cambiado la vida; solo ella lo sabe bien. Son otros sus amigos, su hogar, su escuela… Ahora tiene familias compartidas con fines de semanas alternos; ha tenido que dividirlo todo, corazón y amor incluidos. Hasta sus paseos habituales desandan otros rumbos y, nuevas manos, apenas conocidas, también la sostienen.
  Aunque lacere decirlo: mi princesa ha cambiado. Asustan sus lágrimas sin motivos aparentes para los “grandes”; no le alcanzan las uñas en su afán de morderlas; enmudeció aquella tarde a la salida del colegio y entonces hallé respuesta en una mancha sobre su saya roja y el pupitre mojado; rehúye las noches con tantas oscuridades y la soledad de su cuarto; repite una y otra vez, desde su breve estatura de seis años: “yo no quería que mami y papi se pelearan…”, y como nunca antes, la perenne sonrisa y el rostro de luz, truécanse en temor, tristeza, incertidumbre.
  Duele demasiado y es tan difícil recompensarla. No importa que le sobren amor, abuelos, juguetes, libros, animados, canciones, caramelos, zapatos… Pero como el domingo 20 de noviembre fue el Día Internacional de la Infancia, o el Universal de los Niños y las Niñas, le busqué un regalo diferente; lo imaginé, lo repensé, porque ella merece el cielo.
  Entonces, por fin, de un golpe, el amasijo de símbolos, siglas, declaraciones, convenciones, y una palabra mágica: DERECHOS. Pero ¿cómo regalárselos y hacerle comprender que los niños y las niñas pueden exigirlos y disfrutarlos?
  Sencillo. Me la llevé al parque, por la tarde fue mejor, cuando las palomas bajan a comer, y le hablé.
  Niña mía: el mundo es tuyo, tú reinas aquí, nosotros somos tus servidores, y puedes estar feliz cada segundo de tu vida. Sigue soñando siempre con ser princesa, bailarina, dentista o entrenadora de animales, tu última predilección; ríe como tú sabes hacerlo, bien alto y a carcajadas, para que espantes las lágrimas. Juega cuanto quieras: a las escondidas, la solterona, con tu carriola por la acera, subiéndote en el muro del malecón, bañándote en el aguacero, revolcándote con Simba, echándole chícharos a las palomas… y ten cada día más amiguitas y amiguitos que te acompañen.
  No te canses de recordarle a mami y a papi que te gusta ir a los caballitos, al Guiñol, a la peña de Tía Rosa, a la playa, al Terry, a las pijamadas  en casa de Merlin; que prefieres las pizzas, la harina con huevo y los helados, pero detestas las sopas y los espaguetis; que tu color favorito es el rosado y para ti los mejores peinados son el pelo suelto o un moño bien alto.
  Aunque a veces te regañen porque mandas a callar a las personas mayores, repite que cuando haces las tareas, ves la tele o alguna de tus películas favoritas, necesitas silencio, tranquilidad; en definitiva, ¿a quién no le gusta la paz?
  En fin, amor, pudiéramos conversar días y días, pero lo importante ahora es que te guste y comprendas mi regalo; sepas cuáles son tus DERECHOS, y que sólo por ser una NIÑA tienes el mundo a tus pies y el privilegio de poder volar si es tu deseo, pues para ti no es tiempo de preocupaciones ni tristezas. 

3 comentarios:

  1. Yo también hube de transitar ese camino, que duele y desespera y te saca las lágrimas que jamás imaginaste tendrías. A mí también me cambió la vida y me hice preguntas que no tenían respuestas lógicas... yo tampoco quería que “ mami y papi se pelearan…”.
    Pero aprendí con el tiempo que el Sol me seguía esperando en la ventana y que la vida cincelaba puertas para que pudiera andar... aprendí que cuando se tiene madres como la mía (y Estéfany como Lily) y abuelas como la mía (y como tú) poco peligra, y uno vuelve a acostumbrarse a siempre sonreír, y uno olvida los malos ratos, las palabras fuertes, las promesas que se rompieron ante nuestros ojos. Uno lo olvida.

    Excelente el blog!!! y el post!!!!.... un beso desde lejitos.... muas

    ResponderEliminar
  2. Hola Alina! Felicitaciones por tu blog, muy tierno y sentido. Espero con ansias nuevos escritos. Es muy agradable encontrar este espacio vocero de la frescura y calidad propias de tu estilo. Muchos besos!

    ResponderEliminar
  3. ¡Qué hermoso, Alina! Qué amor el tuyo, se desborda de cada palabra!!! Realmente, magnífico. NO tengo palabras!

    ResponderEliminar