miércoles, 30 de noviembre de 2011

Sueñan…

Algunos de los soñadores, ante el lente de Kaloian Santos.

Ocho niñas y un niño sueñan con ser periodistas. Lo imaginan día a día, minuto a minuto; muchas veces han visto ya sus textos hechos tinta en un periódico, se han sentado en una cabina ante un micrófono, o ven su imagen en la pantalla.

Y como tócale a los adultos la obligación de trocar en realidad esos sueños que valen millones, la Unión de Periodistas y la Organización de Pioneros José Martí, en Cienfuegos, decidieron crear un Círculo de Interés en la escuela primaria Guerrillero Heroico, para juntos intentar revelarles secretos y luces de esa sobrecogedora profesión encargada de socializar historias y noticias.


martes, 22 de noviembre de 2011

¡Qué tarde con Tía Rosa en el teatro Terry!

Culminó exitosamente la gira de la compositora
cienfueguera, con vistas a materializar dos
productos audiovisuales del ICAIC.
  Asombro, emoción, alegría, los más impredecibles sentimientos infantiles, sobradas imágenes, anécdotas y todo tipo de historias, conforman ya el arsenal acopiado por los Estudios de Animación del ICAIC para materializar sus dos productos audiovisuales en proyecto, luego de finalizar con éxito en Cienfuegos la gira “Amanecer feliz”, de la cantautora Rosa Campo.
  Con un espectáculo de casi dos horas en el centenario coliseo de la ciudad sureña, culminó el periplo de la reconocida compositora e intérprete de música para niños, luego de desandar localidades como Cumanayagua, Potrerillo, Palmira, y Santa Isabel de la Lajas. En todas, las presentaciones de la Campo y sus invitados, evidenciaron que ambos DVD en preparación son el merecido reconocimiento a una artista que ha dedicado la mayor parte de su vida al trabajo con el público infantil.

Hallé un regalo diferente

  A Estéfany le ha cambiado la vida; solo ella lo sabe bien. Son otros sus amigos, su hogar, su escuela… Ahora tiene familias compartidas con fines de semanas alternos; ha tenido que dividirlo todo, corazón y amor incluidos. Hasta sus paseos habituales desandan otros rumbos y, nuevas manos, apenas conocidas, también la sostienen.
  Aunque lacere decirlo: mi princesa ha cambiado. Asustan sus lágrimas sin motivos aparentes para los “grandes”; no le alcanzan las uñas en su afán de morderlas; enmudeció aquella tarde a la salida del colegio y entonces hallé respuesta en una mancha sobre su saya roja y el pupitre mojado; rehúye las noches con tantas oscuridades y la soledad de su cuarto; repite una y otra vez, desde su breve estatura de seis años: “yo no quería que mami y papi se pelearan…”, y como nunca antes, la perenne sonrisa y el rostro de luz, truécanse en temor, tristeza, incertidumbre.
  Duele demasiado y es tan difícil recompensarla. No importa que le sobren amor, abuelos, juguetes, libros, animados, canciones, caramelos, zapatos… Pero como el domingo 20 de noviembre fue el Día Internacional de la Infancia, o el Universal de los Niños y las Niñas, le busqué un regalo diferente; lo imaginé, lo repensé, porque ella merece el cielo.